miércoles, 22 de julio de 2009

Pasando entre Dos Arboles


A veces, cuando paso caminando por la ruta de siempre, esa q ya tiene marcadas las ruedas de la costumbre, es dificil ver otros caminos. La ruta de siempre es conocida, comoda, visible. no necesito poner mucha atencion para seguirla. Es mas, a veces ni siquiera recuerdo haberla tomado, pero de pronto ya estoy avanzando en el camino y no recuerdo parte del trayecto. Sin embargo, hace poco vi, entre dos arboles viejos y frondosos, lo q parece ser un sendero. No se a donde lleva, no he tenido tiempo de explorarlo, pero a la distancia se le ve boscoso, lleno de verde, cubierto por las copas de altos arboles q lo flanquean, q dejan pasar una luz muy tenue, pero agradable.

Si me acerco al portal q hacen ambos arboles donde inicia la senda, podria ubicarme mas. Al pasar a traves de ellos puedo ver q uno es grande, rugoso, fuerte, con muchas hojas en lo alto pero pocas al alcance de la mano; el otro es mas ligero, mucho mas suave y tiene flores rosas, aunq su olor no me resulta tan agradable. Pasar entre ambos es dificil, no del todo comodo. Me siento poco dispuesto, pues ambos son buenos pilares, pero no son mis arboles preferidos. Sin embargo, si veo un poco mas alla de ellos, el sendero luce fresco, frio, reconfortante. Es de un verde intenso, con tonos bien definidos y agradables.

El camino, como tal, no existe, solo hay una muy leve indicacion del mismo, casi una sugerencia. Necesito esquivar, pasar entre y rodear arboles, arbustos, ramas...el camino luce bien, por lo menos no lleva al mismo lugar q la ruta de siempre. Si volteo hacia el inicio del sendero, veo q las copas de los arboles q forman el portal se unen en la punta y se ven casi tiernos. Mucho mejor a la distancia

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